puerta 2

siempre vuelve la carne herida
a los hogares del hierro

ruge en rojo desconsuelo

aúlla sola

vienes como el diluvio

vienes como el diluvio
a arrasar con todo

cuando se retiren tus aguas
de este desierto de carne
brotará en mis dunas de pena
un jardín  de infinito anhelo

puerta 1

entre el sí
de tu puerta abierta
y el no
de mi puerta cerrada
giran mi cuerpo
y tu alma
como esferas celestes
en el vacío

imagino mundos

imagino mundos de adobe
que se ofrecen a la derrota del agua

altares de sacrificio
bajo el flagelo de las tormentas

al fondo
el horizonte arde

por un momento

por un momento
sobre las dunas
reina la diosa venus

oscurece
oscurezco

en el desierto

en el desierto
los santos
recitan salmos

y yo permanezco allí sentado
cuarenta días
y cuarenta noches

extasiado por aquellos cantos
que vienen de tan adentro

luego vuelvo a la ciudad
con las manos vacías
otra vez

emerjo

abandono los olivos
reniego de los campos
y frente al abismo
me brota esparto del cuerpo

el viento arde
y me peina con sus llamas

encuentro sosiego en la apostasía

emerjo de las tumbas
reniego de los campos
germino en las cenizas

el viento trenza mortajas

sembrad

sembrad monedas en mi boca
regadlas con cruces de aceite

y cuando florezca la ceniza
que el viento borre mi sombra

una gota

una gota
dos gotas
tres gotas

el cielo cielo gris
mi voz que llora

una gota
dos gotas
tres gotas

presiento

hay un mundo mejor
en el brillo de tus ojos
bajo el sonido de tus palabras
al calor de tus abrazos

los galeones

los galeones del miedo
surcan triunfantes
los mares de la duda

y yo flotando en una tabla

como una rata en un naufragio

tras la bruma

se desvanece la niebla
despierto en un sueño sin tiempo
y sin luz

mi noche ya no es esclava de lunas
ni temo el desvelo del alba

en los mares

en los mares
en las cordilleras
en los ríos
en las fronteras
un reguero de sangre

la humanidad se suicida
y abandona a su propio cadáver

que se abra la tierra

que se abra la tierra
y se trague lo que fui

para que el mundo se desvele

cuesta abajo

cuesta abajo
ruedan nuestras cabezas

los ojos abiertos
y una mueca de horror
y de espanto

cierro los ojos

cierro los ojos tumbado en la cama

me pierdo en los sonámbulos pasos

que resuenan vagabundos en la calle

soy el eco en el camino

soy la calma y el olvido

vuelvo a mi patria

vuelvo a mi patria
al norte de cualquier abrazo
a las perennes llanuras de hielo
al invierno donde nací
al silencio

cuántos

¿cuántos destierros puede soportar un cuerpo?
¿cuántas veces puede soportar un corazón
ser expulsado del paraíso?
¿cuánta mentira puede soportar mi locura?

y a medida

y a medida que las tinieblas
van cubriendo mis ojos con su abrazo
se me antoja que salgo de un espejismo

esta vez vuelve la tristeza
en forma de tormenta de arena

donde veía verdes prados infinitos
el viento va pariendo insondables desiertos

otra vez el llanto
y el destierro

sólo me queda

sólo me queda
el abismo tenebroso de la demencia

el abrazo de las tinieblas
admitir la derrota

no hay acaso

¿no hay acaso mentira
capaz de liberarme
de este absurdo insufrible?

acepto cualquier placebo
que me sirva de bálsamo

el olor a lejía

el olor a lejía
de las manos de mi madre

y su piel cuarteada

¿qué guerra perdiste?

¿qué guerra perdiste?
¿de qué paraíso has sido expulsado?
¿de qué batalla vienes huyendo?
¿a qué piedra colosal vives encadenado?
¿qué romeo murió en tus brazos?

me pregunta el espejo

la música

la música
sombra del silencio

de cada silencio

tu silueta a contra luz

cuando más jodido estás

cuando más jodido estás

llega la vida

te mira a los ojos

y te dice

no lo olvides

me prometiste que me amarías

hasta la muerte

y en eso ando

todos inventamos

todos inventamos
la realidad
un poco
para que sea más llevadera

ya deberías saberlo

dormido

dormido
en tu regazo

sueño las horas del niño
los brazos del mármol
la caricia del ciprés

amar me pone triste

no quiero volver

en el pecho

en el pecho
un hueco calcinado

vértigo en el viento y las cenizas
vértigo en las piedras calladas
vértigo

la lluvia no llega al desierto
porque nadie la espera

las montañas

las montañas

la bruma
un rumor
que lo aclara todo

el agua

y el hombre
lirio de un día

busco en vano

busco en vano
la ausencia pura
entre pálidos reflejos

toda sombra
señala con obstinación
su origen

desarmado

desarmado

me sumerjo en todos los laberintos

huyendo de las salidas

tú

tú

dibujas círculos en la arena

mientras vuelve a llover ceniza

sobre la tierra

tú

dibujas círculos en la arena

junto al mar

no lo permitas

no permitas

que la sal seque mi lengua

ni que la tierra cubra mi boca

no lo permitas

en tus manos está que mis ojos

sigan brillando

en tu pecho

descansa mi último aliento

no lo permitas 

como una ciudad

como una ciudad

que ha perdido el asedio

del tiempo

y de los hombres

a mi alrededor

a mi alrededor

todo congelado

y la vida

una brisa que acaricia el hielo

un susurro

un recuerdo  

llegaron los tigres

llegaron los tigres

y acabaron con todo

con los recuerdos

y los caminos

quedaron apenas

las cenizas

de un pobre hombre

forastero siempre

en un mundo raro

vienes como el temporal

vienes como el temporal

para acabar con todo

inundas los valles

derribas mi casa

y me arrancas los ojos

haces tabla rasa del mundo

para

que todo

pueda empezar de nuevo

y vuelve a brotar la vida

del lodo 

nihil

res     no   لا    شيء       nunca                        

silencio      ningú      enlloc                       

لا  مكان     mai   no      nadie                  

أبدا       nada    silenci  no

me refugio

me refugio

en la dulce locura de los místicos

en la libertad de los sueños

en el abrazo sublime del vino

en la soledad de mi cama

me refugio 

jayyam (IV)

me dices omar

que jamás sabré desatar

el nudo de la existencia

que es mejor ocuparse

en ir anudando noches

lunas y poemas

jayyam (III)

tu boca llena de polvo
habla a través de los siglos

resonando en mis oídos
como la brisa más amarga

y yo como buen discípulo
lleno mi copa de vino
y olvido

jayyam (II)

bebo de tus labios ancianos

el vino dulce de la madrugada

y como un derviche giróvago

bailo en éxtasis perpetuo

alrededor de tu amargura

jayyam (I)

ay omar

llena  otra vez mi copa 

nos queda la risa y el vino

y la belleza de este cielo estrellado

el alba no es cosa para borrachos

la noche

la noche

lápida callada

la soledad

yedra sobre mi cuerpo

el miedo
escarcha negra 
en mi pecho

escaleras

escalera sin escalones

sin ascenso ni descenso

no hay camino

ni destino

el mundo está vacío

cáliz vacío

va desbordando sed mi boca

como un cáliz vacío de palabras

peregrino mendigando ríos
y bebo el barro
de los caminos

péndulo

con su terrible péndulo
va flagelando el tiempo
el nácar de mis huesos

cómo florecen las mellas
en el huerto de mi esqueleto

te daré de beber

te daré de beber
ríos de agua viva

saciaré tu sed
con mi sangre

se fue

se fue apagando
con los ojos abiertos
como si quisiera
ver llegar a la muerte

sin ojos

sin ojos
mostrando sus cuencas vacías
esperando

el blanco de mis huesos

el blanco de mis huesos
como escarcha del tiempo
anhelante de invierno

se pone el sol

se pone el sol
entre mis vértebras

el vacío más absoluto

el vacío más absoluto
el silencio más hueco
la nada más cegadora

el olvido más deseado

un vacío absoluto

un vacío absoluto
que pesa sobre mis huesos

un dolor sin nombre
por el que cada día menguo

naufragio

este constante naufragio
en los mares de la pena
como un barco sin destino

seas quien seas

descansa tu sufrimiento

en el lecho mullido

que dibujo en mi regazo

seas quien seas

secaré tus lágrimas

con mis manos

llamas a la vida

llamas a la vida desesperado

gritando a los cuatro puntos cardinales

llamas a dios y a los hombres

estás solo

y el mundo te devuelve un eco helado

mi voz

mi voz

cansada de huir

se ha entregado a mis labios

la locura de este mundo

la locura de este mundo

me está secando el corazón

en vez de ríos de sangre

bombea desiertos de arena

veo espejismos de vida

entre las dunas de pena

entre las grietas

entre las grietas

de mi alma abandonada

buscan semillas los pájaros

promesas de nueva vida

cenizas

sobre mis cenizas cansadas

nunca brillará el alba

serán esparcidas  por el viento 

pariendo un desierto callado

ya no habrá lágrimas
en la oscuridad helada

la barbarie

sigue cabalgando la muerte

sobre el caballo del miedo

por las estepas del hambre

no hay límites que contengan
los vientos de la barbarie

discurre la vida

discurre la vida
entre guijarros de pena
hacia los mares calmos
de la ausencia

apenas florecen lirios
en sus riberas

contra el sol

contra el sol

contra la luna

contra todos los astros

se revela mi cuerpo

hecho jirones

mientras camino lentamente

mientras camino taciturno

sobre las serpientes de asfalto

de esta ciudad de hielo

voy leyendo en los adoquines

que nada tiene sentido

y que ya no hay marcha atrás

la vida ha pasado como el viento

vago

por este mundo confuso

vago desconcertado

buscando dioses perdidos

no me ofrece la vida

no me ofrece la vida metales

con los que forjar una espada

para hacer frente al destino

sólo puedo contemplar el mundo

desde el éxtasis cobarde del vino

la eterna búsqueda

busco un río inmutable

que no transcurre

cauce de todos los seres

busco un signo que contenga

todos los alfabetos

abro los ojos

cuando irremediablemente

la rueda de los cielos

se pare sobre el cénit de mi cabeza

espero despertar en un sueño

con platos sucios en la fregadera

la ventana abierta

y la brisa suave del verano

acariciándome con sus manos

los latidos

mi corazón late lento
pero con toda la fuerza
que puede darme la vida

retumban sus latidos
sobre toda la tierra

no estoy vivo
soy la vida

el martirio

soy la burbuja de aire
que sale del lodo
del fondo del río
que busca ser cielo
a través del martirio

daré de beber a la tierra

daré de beber a la tierra
inundando con mi sangre los páramos
para que cuando venga la muerte
a arrancarme los ojos
encuentre mi cuerpo seco

tumbado sobre los campos en flor

la sagrada pantera

desde la noche más negra

alarga sus ojos secos

buscando huellas de surcos

que voy grabando en mi pecho

con cinceles suicidas

para que hienda sus garras

simplemente

simplemente

los días se van haciendo largos

y van perdiendo su significado

simplemente

el tiempo va pasando

amamanto

amamanto a la vida

con pechos rebosantes

en regazos de seda

¡devora mis pezones

ciego alacrán furioso!

me adentro

me adentro en mi cuerpo
hasta las entrañas

huyo de la noche
vestida de escarcha

esa almohada

esa almohada desnuda

como duna abandonada

sobre mi lecho desierto

donde cada noche muero

una casa sin coraje

una casa sin coraje

sin cuadros en las paredes

y con las persianas bajadas

una casa sin ganas

con ese olor a cerrado

y a comida rancia

se posa

de nuevo se posa

sobre la baranda

con sus ojos negros 

inclina la cara

y anuda sus alas

en mi garganta

el mediodía

el mediodía se empeña
en dejarme sin sombra

desnuda mis ojos
de pupilas y párpados

hasta dejarlos locos